viernes, 13 de agosto de 2010

What a Fuck ?? . Parte II

Si bien las segundas partes nunca suelen ser buenas, este otro "evento" lo amerita ya que tiene las mismas caracterìsticas que el anterior.
Tambien estoy viajando en el 41 (a la tercera vez que lo nombro, como minimo gratis hasta Juramento!!), otra vez sentada en los asientos individuales. A esa hora a la mañana el bondi venia casi vacìo. No sè en què momento se còlo el rumiante que es el protagonista de esta historia.
Particularmente me ponen de la nuca los ruidos corporales de la gente (sea extraña ò no), llàmese eruptos en momentos no apropiados, narices congestionadas, pastillas que pegan contra toooodos los dientes que una persona puede tener en su boca y asi...mil..de los pedos, ni que hablar.
Volviendo a la "criatura" que me ocupa, este proyecto de persona se sentò desgraciadamente atras  mio. Bastaron 2 paradas para que comenzara con el concierto que tenia preparado para cagarme el viaje. No sòlo estaba mascando chicle de una manera guaza, pero ojo, cuando digo guaza es guaza eh! sino que tuvo la feliz idea de apoyar sus brazos sobre el respaldo de "mi" asiento, o sea..su boca estaba a 15 cm. de mi oido y a un minuto de una piña. Pero la violencia fìsica no es lo mio. Pensè durante varios minutos què hacer, còmo hacerle notar lo desagradable de la situaciòn y de que no puede socializar lo rico del chicle de frutilla y melocotòn que tenia en sus fauces. Lo primero que atinè fue a darme vuelta "disimuladamente" un par de veces para ver si notaba mi molestia. Jua!, nada..como si no existiera nadie mas que ella en el mundo. Dos veces mas fui un poco màs obvia pero la cosa no cambiaba. Hasta que me decidì. Tomè aire, me di vuelta con todo el cuerpo y le dije:
P: "No me interesa escucharte còmo mascas chicle. Podès hacer menos ruido, por favor?"
C (de "criatura"): ........Nada. Se me quedò mirando con los ojos fuera de sus orbitas, no entendiendo porquè le decia eso.
Por un momento pensè que me iba a contestar algo ò que al tenerme sentada adelante se iba a vengar y me iba a pegar el chicle en el pelo. Juro que rezè dos Padrenuestros para que eso no pasara porque con mi cara de galleta el corte carrè hubiera sido de terror. Por suerte nada de eso pasò. El resto del viaje fue normal, o sea, "silencioso". Cuando llegò mi parada, mirè de reojo si en el asiento de atras estaba "C" pero no, se habia bajado sigilosamente. Por mi parte, me sentì tan feliz de haberle chantado lo que le dije, que nada podrìa opacarme el dia. Ni mi Jefe! ( y esto ya es mucho decir).

Pat

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