viernes, 6 de julio de 2012

Tarda en llegar pero al final hay recompensa

Eso dice el estribillo de un tema de Ceratti y fue lo que sentí cuando le leían la sentencia al genocida de Videla. 
50 años de cárcel común, sin privilegios, por haber ideado la desaparición y muerte de bebes y niños durante la ultima dictadura.  Mariano Grondona lo definiò como una buena persona. (A este último parece que "la justicia" le vino por el lado de la biología).


Hace no mucho leì un texto de Alejandro Kaufman, muy controvertido por cierto, sobre los desaparecidos. Es un texto que moviliza, que enoja, que te saca un par de puteadas pero que invita a la reflexiòn.
Copio un párrafo de ese trabajo, que me pareció muy interesante cuando leì y que lo recordè el lunes cuando escuché el fallo. 

"(...) Respecto de los crímenes cometidos por los 
genocidas argentinos, no hay una zona de exterioridad   
desde la cual se los pueda considerar desde el punto de 
vista de la justicia. Las reivindicaciones de juicio y castigo 
constituyen un límite para evitar males mayores. Son 
ejemplificadoras. Señalan. No castigan verdaderamente. 
No permitirían restituir la dignidad humana a los 
castigados, una vez cumplida la condena. Constituyen una 
forma sublimada de la guerra que culmina con estos 
actos.(...)".



Pat


Al que le interesa, copio el link del trabajo completo:
http://redalyc.uaemex.mx/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=81511299027

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