sábado, 14 de septiembre de 2013

Imperdonable

Entró a un local de Daniel Hechter, se compró un pantalón y una camisa topísimos. 
Gastó aproximadamente $2000. Se fue contento, sobre todo con su pantalón hecho a medida. 
Llegó a la estación. Sacó el boleto.Esperó unos minutos sentando en un banco del anden, hasta que finalmente llegó el tren. 
Se puso la boina, subió en el vagón con menos gente para ir sentado. Se sentó y cuando el tren comenzó a arrancar, vió cómo se quedaba allí, huérfana, la bolsa de Daniel Hechter recién salida del local.

Como decía Pablo Neruda: "es tan corto el amor y tan largo el olvido".

Nada que hacer. Salvo procesar la bronca durante todo el recorrido Palermo-Villa Ballester.

Dios GIENE proveerá.


Pat

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